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Champú Infantil

El Champú Infantil ayuda a limpiar el cabello de los niños respetando el cuero cabelludo. Algunos compuestos en los champús pueden llegar a ser demasiado abrasivos irritando la piel y causando sequedad. Sin embargo, los champús infantiles naturales limpian el cabello suavemente y respetan los aceites naturales del pelo. 

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No existen productos que cumplan el criterio de selección

Los niños cuentan con un cabello más frágil y sensible por lo que necesitan champús infantiles específicamente elaborados para su cuidado.

Además, el cuero cabelludo de los niños es mucho más sensible por lo que son más susceptibles a las irritaciones.

Ingredientes habituales en los champús comerciales como el Sodium Lauryl Sulfate (SLS) o el Sodium Laureth Sulfate (SLES) pueden llegar a ser compuestos muy agresivos que no solo dañan el cuero cabelludo, también pueden llegar a irritar los ojos o las mucosas.

También es importante buscar productos que no contengan irritantes comunes o fragancias, ya que estos ingredientes también pueden irritar la piel, ojos y mucosa.

Durante la ducha o el baño, es habitual que los niños, sobre todo los más pequeños, acaben ingiriendo el champú utilizado o que entre en contacto con zonas sensibles como la mucosa de la nariz o boca.

Por eso, es bueno buscar champús infantiles naturales que estén específicamente formulados para niños, ya que a menudo contienen ingredientes puros que no son dañinos para el organismo humano.

Además, estos compuestos son más suaves y más adecuados para no alterar el equilibrio natural de las pieles sensibles.

Asimismo, el eccema infantil o dermatitis atópica es una de las afecciones más comunes de piel. Se cree que afecta a 1 de cada 8 bebés, por lo que es importante seleccionar champús suaves que eviten su desarrollo.

La dermatitis atópica es una alteración inflamatoria recurrente de la piel. A menudo, los niños con dermatitis atópica tienen una disfunción de la barrera cutánea que causa piel seca, con picazón y escamosa.

También pueden tener alergias ambientales y alimentarias asociadas. El 65% de los niños que tienen dermatitis atópica muestra signos en el primer año de vida y el 90% en los primeros cinco años.

La mitad de los niños afectados mejoran entre los 5 y los 15 años. Además, los padres con dermatitis atópica cuentan con más probabilidades de tener hijos con la misma afección.

Muchos bebés que son propensos al eccema también tienen piel sensible o alergias, lo que puede dificultar la búsqueda de productos para el cuidado de la piel que la calmen y protejan.

Los champús infantiles naturales proporcionan un cuidado eficaz del cabello sin influir en la salud de forma negativa.